La petite mort
Será que mis labios tiemblan y ya me temo el desastre, al sentir tu boca cerca de mi cauce al derramarse. Mas yo no tengo paciencia y dejo soltar amarres; tú desdibujas mis penas al zambullirte en mis mares. Las olas que nos arrecian rompen en finos corales que custodian mis caderas por estos sismos salvajes. El terremoto me acecha, mi epicentro se contrae; rasgo la cuerda que tensa mis instintos más carnales.